En medio de un bosque nativo, lejos del caos de la ciudad, pero con todas las comodidades cerca, hemos construido un refugio para que nuestros invitados pasen días inolvidables y recarguen su cuerpo con la energía que solo provee el contacto con la naturaleza. La casa de Huéspedes pertenece a una granja orgánica que no utiliza pesticidas para sus cultivos de agraz, naranjas, café, plátano, limones, guayabas, lechugas, cebollas y aguacates, siempre al alcance de la mano. Al amanecer escucharán la voz pura del bosque: el saludo madrugador de los pájaros, el cacareo de gallinas libres y felices, el ¡GRURUUUU! de las exóticas guacharacas, y, tal vez, el aullido de algún lobo salvaje (no teman: realmente se trata de nuestro perro siberiano Martín que no olvida sus remotos orígenes).

¿Quieren hacer un poco de yoga viendo la puesta del sol? ¿les gusta caminar por senderos naturales antes del desayuno o al atardecer? ¿Tal vez prefieran leer un libro en la soledad de una terraza con vistas al bosque? ¿O estos días estarán dedicados exclusivamente al "ciclismo" y quieren salir con las primeras luces del día a montar en bicicleta por las mismas rutas en la que se entrenan algunos de los mejores corredores del mundo? les muy probable que se encuentren con ellos en algún café, supermercado o restaurante local: las selfies con ellos serán la envidia de sus amigos).